¿Alguna vez te has parado a pensar que tu capacidad para ejercer el poder dentro de un proyecto depende en buena medida de la percepción que el equipo tiene de ti?
Entre las formas de poder que un director de proyecto puede utilizar se encuentran:
- Posicional: poder que se deriva de la posición que se ocupa en la organización. Es muy diferente el poder que puede ejercer un director de proyecto en una organización funcional que en una organización proyectizada.
- Informativo: poder que se ejerce al controlar la información del proyecto. Ya lo dice el dicho: «La información es poder«.
- Referente: poder que se ejerce debido a la admiración que se despierta en el resto del equipo por los logros alcanzados.
- Situacional: poder que obtenemos ante una determinada situación (por ejemplo, despido de otro director de proyecto).
- Personal o carismático: poder basado en el encanto o atracción que despierta en el equipo el director de proyecto.
- Relacional: este poder va a a depender mucho de nuestra capacidad de cultivar relaciones productivas.
- Experto: el equipo acepta la autoridad del director de proyecto al considerarlo un experto en la materia.
- Orientado a recompensas: el poder depende de nuestra capacidad para ofrecer recompensas.
- Coercitivo: poder basado en la capacidad de intimidar al equipo de proyecto.
- Halagador: adular a otros para conseguir su cooperación.
- Basado en la presión: presionar al equipo de proyecto limitando su libertad de elección o movimiento.
- Basado en la culpa: hacer sentir al equipo de proyecto que son responsables del éxito o fracaso del proyecto.
- Persuasivo: convencer al equipo de proyecto para que adopten el curso de acción deseado.
¿Qué forma de poder consideras que ejercería cada uno de los personajes siguientes?
La mera imagen pública que proyectan estos personajes nos predisponen en la forma de poder que estas personas podrían ejercer sobre nosotros.
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